El famoso dicho de “todo se pega menos la hermosura” se cumple también dentro de las organizaciones, y muchos empleados acaban por ser un vivo espejo de lo que son sus superiores. Como ya apuntaba Forrester (2004), el 80% de lo que aprendemos se produce “on the job” y en mi opinión esto sucede no sólo en lo referente a aspectos técnicos si no también comportamentales.
¿No habéis sentido alguna vez el contagio del pesimismo en la organización? Hay trabajadores, sean jefes o no lo sean, que siempre están con una actitud negativa o pesimista en la organización y lo demuestran con frases como: pero esto no funcionará, yo no lo veo, seguro que lo intentamos y fracasa….etc, y cuando les preguntas que cómo están cuando te cruzas con ellos en el ascensor su respuesta acostumbra a ser: hemos tenido momentos mejores, ufff todavía es lunes…etc.
Todos los aspectos comportamentales se contagian y se transmiten, y si queremos tener impacto en la organización debemos trabajar el comportamiento de las personas más influyentes hacia nuestro objetivo y que sirvan de ejemplo y evitar aquellos aspectos no deseados. Si queremos conseguir que todos los empleados vendan, los primeros a vender deben ser sus superiores. Si queremos conseguir comportamientos éticos, los superiores deber ser ejemplo en ello. Si queremos conseguir que haya una comunicación abierta, los máximos dirigentes deben ser los primeros en comunicar abiertamente en la organización.
Y así sucesivamente….porque en las organizaciones, y en la vida, el comportamiento provoca comportamiento.
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