
El absentismo laboral hace referencia a los periodos de tiempo que un empleado se ausenta de su puesto de trabajo de forma justificada y reconocida por ley o de forma injustificada. Un elevado absentismo en la empresa puede provocar una reducción de la productividad y como consecuencia pérdida de competitividad. Según un estudio realizado por el INE en los últimos años este absentismo laboral supone entre un 1,5% y un 4% del PIB de la Unión Europea.
Este tipo de absentismo laboral lo podemos medir utilizando diferentes herramientas que ya se encuentran en uso actualmente y que dependerán del tipo de absentismo que queramos controlar:
- Absentismo legal o por causas justificadas: lo podremos medir controlando los partes médicos y de las mutuas.
- Absentismo injustificado: se podría controlar con controles de acceso al edificio, parking o incluso midiendo las horas a las que el empleado enciende y apaga su ordenador u otras máquinas o medios que utilice en su lugar de trabajo.
Pero no nos podemos olvidar que existe otro tipo de absentismo que es incluso peor que los otros dos mencionados, el absentismo presencial. ¿A qué me refiero con este concepto? A todos los momentos en los que los trabajadores pierden el tiempo en su trabajo y dejan de ser productivos (café que en lugar de 5 minutos dura 30min, llamadas personales, fumar, internet…etc).
Muchas empresas se plantean qué medidas adoptar para intentar controlar también este tipo de absentismo y lo hacen estableciendo cláusulas en los contratos de trabajo referentes al uso del correo electrónico para uso personal, horarios de descansos en el trabajo…etc e incluso limitando el acceso a las redes sociales o internet.
Pero nos hemos preguntado ¿cuáles son realmente las causas de tener personas un constante absentismo presencial en la empresa? Parto de la base de que una persona no puede ser 100% productiva todos los días y durante toda la jornada laboral pero sí podemos llegar a conseguir personas productivas al 90%. La desmotivación es el aspecto principal que lleva a los trabajadores a ser improductivos.
Sin necesidad de poner medidas de control limitantes para los trabajadores podemos utilizar otro tipo de herramientas:
- El buen dimensionamiento de plantillas es un aspecto clave que nos permitirá tener el número de trabajadores adecuado en función de las necesidades y carga de trabajo.
- La definición correcta de los puestos de trabajo y las funciones y responsabilidades de cada persona.
- Flexibilidad horaria. El hecho de tener horarios estrictos hace que muchas personas trabajen por horas y no por tareas.
- Comunicación abierta en la empresa.
- Sistemas de compensación muy orientados a objetivos, en los cuales realmente se compense la consecución de dichos objetivos y no sea “café para todos”.
Y todo esto siempre bajo un ambiente de confianza dentro de la compañía en el que cada cual es responsable de su trabajo y se le da libertad y autonomía.
Quizá estéis pensando: ¿cómo voy a dar autonomía si en realidad lo que quiero es quitarla para evitar el absentismo presencial? Está demostrado que las empresas que mayor confianza, autonomía y responsabilidad dan a sus empleados son más productivas y tienen empleados más motivados y comprometidos. Curiosamente aquellas empresas que incluso permiten a sus empleados tele-trabajar consiguen una mayor involucración de éstos.
En contra de lo que posiblemente muchos piensan, dejar a los empleados cierta libertad para utilizar facebook mejora un 9% la productividad y así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad de Melbourne.
No nos olvidemos de dar libertad y confianza a los empleados pero trabajando con objetivos claros y enfocados a negocio y midiendo el desempeño de cada uno y así lograremos reducir todo tipo de absentismo.